Entrevista al Gabinete de psicología, educación y lenguaje Motiva

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Los chicos del obradoiro hicieron una visita al gabinete de psicología, educación y lenguaje Motiva y realizaron una completa entrevista a las dos integrantes : Analía Balado y Raquel Pérez en su gabinete en la calle José Gómez Posada Curros Nº8 (Vigo).

 

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ENTREVISTA

¿Cómo fue vuestro pasado laboral? ¿Cuánto lleváis ejerciendo?

Ambas tenemos una diversa experiencia laboral:

Analía lleva ejerciendo como psicóloga sanitaria en gabinetes de psicología durante más de 15 años, en los que ha trabajado tanto con adultos como con niños, y tiene una amplia experiencia en evaluación e intervención en trastornos del desarrollo y conductuales.

Raquel es psicopedagoga, educadora social y maestra especialista en audición y lenguaje y pedagogía terapéutica; ha trabajado en diferentes ámbitos desde centros educativos, centros de menores y fundaciones para la discapacidad intelectual, por lo que su experiencia se centra en niños y adolescentes en edad escolar.

¿Cómo os conocisteis? ¿Qué os motivó a emprender?

Nos conocimos hace unos 3 o 4 años, porque tenemos familiares comunes, y empezamos a hablar de lo de montar un gabinete “medio en broma”, y aquí estamos.

La propuesta de abrir un gabinete propio surge con la idea de poder sentirnos más realizadas con un trabajo más personal, en el que poder conjugar lo aprendido a lo largo de estos años, con nuestra propia concepción de cómo hacer las cosas.

¿Cuánto tiempo os llevó la creación y lanzamiento de Motiva? ¿Os encontrasteis con muchos problemas de cara a crear y establecer la empresa?

Entre 4 y 6 meses de planificación previa y aproximadamente un mes de trámites y gestiones legales. No tuvimos demasiados problemas, ya que contamos con una gestoría que nos ayudó en los trámites de apertura, y en la propia Mancomunidad de Vigo que nos ayudaron con la gestión y solicitud de subvenciones.

¿Qué estrategia seguís para crear contenido para rrss? ¿Delegáis en community manager o lo hacéis vosotras mismas?

Lo gestionamos nosotras mismas, lo hacemos como mejor sabemos y siempre intentando crear contenidos interesantes que nos puedan generar feedback. Lo que pretendemos es ofrecer cercanía, confianza y un trato más personalizado, por ello, entendemos que esa labor la tenemos que realizar en primera persona.

¿Tenéis algún plan estratégico de marketing a corto – medio plazo de cara a crecer como empresa? ¿Queréis aumentar vuestra presencia en internet? ¿Cómo?

Actualmente no tenemos ningún plan estratégico de marketing, simplemente vamos promocionando puntualmente actividades que vamos organizando.

Sí que nos gustaría aumentar nuestra presencia en Internet, ya que es imprescindible para crecer como empresa y darte a conocer de una manera más eficaz.

¿Algún consejo para alguien que quiera emprender en este sector?

Paciencia y constancia; pero sobre todo hacer un buen trabajo con los pacientes, que es lo que realmente da calidad y te hace crecer empresarial y profesionalmente.

¿Trabajáis también con adultos? ¿Por qué os centrasteis en la infancia – adolescencia?

Trabajamos tanto con adultos como con niños/as, pero en este momentos estamos focalizando nuestras actividades en este rango de edad, dado que observamos que hay una mayor necesidad de intervención y los padres están más abiertos a llevar a sus hijos a terapia y/o reeducación. Además es un ámbito en el que ambas trabajamos de manera combinada.

¿Colaboráis con otros profesionales o empresas (logopedas, profesores, centros educativos, lúdicos, psicológicos, de apoyo escolar…)?

Contamos con la colaboración de una psicóloga especialista en actividades físicas y del deporte. Por otro lado, tenemos varios convenios con AMPAS y asociaciones a las que ofrecemos descuentos a sus socios.

¿Cuáles son las principales diferencias entre una intervención psicológica y otra psicopedagógica? ¿Lleváis terapias simultáneas?

La terapia psicológica está orientada hacia la evaluación, diagnóstico y tratamiento de las necesidades y/o dificultades emocionales, de conducta, personalidad y otras que puedan surgir en niños, adolescentes y adultos.

Por otro lado, la intervención psicopedagógica busca prevenir, detectar y tratar problemas relacionados con dificultades de aprendizaje. Se trabaja con programas de reeducación pedagógica, orientación educativa, técnicas de estudio y técnicas para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En el caso de los niños en edad escolar, con dificultades de aprendizaje o con algún tipo de trastorno, es necesario trabajar desde ambos campos de forma simultánea, dado que en muchas ocasiones las dificultades a nivel académico, emocional y/o conductual, pueden venir de la mano. De esta manera, conseguimos realizar un trabajo global con el niño/a para favorecer su correcto desarrollo en todos estos aspectos.

Suele asociarse la terapia basada en el juego a la terapia infantil. Pero, ¿en qué consiste? ¿Son lo mismo?

La terapia de juego es un método que se utiliza con los niños para ayudarlos a comunicarse, a expresar sus emociones y pensamientos, aquello que les puede resultar difícil expresar con palabras. Algunas técnicas que se utilizan son el juego de rol, juego simbólico, dibujo.

La terapia de juego y la infantil no son sinónimos, sino que la terapia de juego como tal se suele utilizar con aquellos niños a los que les cuesta expresar sus vivencias o también como complemento de otro tipo de terapias.

¿Cuáles son los trastornos o problemas más comunes que sueles tratar en las sesiones terapéuticas?

Con los adultos, observamos una mayor demanda de personas con rasgos de ansiedad, depresión. Sí percibimos que a día de hoy mucha más gente acude ante los primeros síntomas a modo de prevención y no cuando el problema ya está instalado.

Dentro del ámbito infanto-juvenil, lo que más se trabaja son las dificultades asociadas a trastornos como el TDAH y trastorno del espectro del autismo; junto con problemas de conducta disruptiva y miedos.

¿Hay alguna manera de que los padres se den cuenta de que sus hijos están sufriendo acoso escolar? ¿Me podrías explicar en qué consiste la terapia que llevas a cabo con los niños que sufren de acoso escolar?

Normalmente los padres se suelen dar cuenta por aspectos como: miedos, ansiedad, dolores abdominales o de cabeza, bloqueos, falta de apetito, no querer ir al colegio, disminución del rendimiento académico, angustia,…. hay que estar alerta si se presentan estas situaciones para intervenir cuanto antes.

Además, hay que tener en cuenta que el acoso no solo se produce en el aula, sino también en otros lugares que suelen pasar más desapercibidos, como en el autobús, comedor, patio,… y se extiende a las redes sociales.

En la terapia que llevamos a cabo en Motiva, nos centramos en la mejora de la autoestima, confianza, reconocimiento de las emociones, motivación e integración en el grupo, para que aprenda a tomar decisiones con pautas de asertividad. Toda esta intervención siempre tiene que ir en conjunto con los padres y el centro escolar.

¿Cuál es el papel que tienen los padres cuando acuden con su hijo a un psicólogo/a infantil?

Los padres tienen un papel fundamental, ya que suelen ser ellos y en ocasiones el centro educativo, los que detectan que algo falla. Pero son los padres los que deciden y abren esa puerta a una primera entrevista para comprobar qué le pasa realmente a su hijo. Son una parte imprescindible para la correcta evolución psicoeducativa de su hijo, ya que cambiar conductas en los niños supone que los padres también deben cambiarlas. Por lo que es necesario tener reuniones periódicas para conseguir cambios positivos en el niño y, lo más importante, que esas pautas se mantengan en el tiempo.

Según la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, el 15% de los niños presenta problemas de desobediencia. ¿Qué puede hacer un padre en esta situación?

El comportamiento desafiante o disruptivo de un hijo puede ser debido a varias causas: sus propios rasgos de personalidad, un estilo educativo demasiado permisivo, o un trastorno conductual, del desarrollo o de la personalidad.

A veces es difícil controlar esas situaciones, pero lo principal es mantener la calma ante el desafío y hablarle tranquilo sobre ello, buscando soluciones pactadas y darle la importancia que se merece: no es discutible el hecho de lavarse los dientes, pero sí lo es la elección de las actividades extraescolares. Es importante darle unas rutinas, un orden en casa, alimentación sana y buen descanso; y mantenerlo informado de las actividades del día a día y de los posibles cambios de planes. También se deben poner normas y límites claros y explicarle los motivos de cada norma. Desde bien pequeños, les debemos enseñar a controlar la rabia y la frustración, no siempre pueden conseguir lo que quieren, y es muy importante ser perseverante y consecuente en este sentido: “hoy no puede hacerlo pero mañana si”, “mamá le deja y papá no”,… Además, consideramos que se deben dar más refuerzos positivos con palabras, abrazos y gestos; y menos con cosas materiales.

El castigo es un tema polémico. ¿Se puede emplear el castigo en la educación de un hijo? ¿Cuál es la mejor manera de aplicarlo?

Castigar a un niño no es la mejor manera de educarlo, ya que se puede conseguir el efecto contrario: que repita la conducta, hacerla cuando no lo vean o mentir sobre ella. Además puede hacer que pierdan confianza en sus padres y generar una baja autoestima.

Cada conducta tiene una consecuencia y es en esto en lo que nos debemos centrar. Se le deben enseñar las consecuencias de sus actos inapropiados (si pinta la pared, tiene que limpiarla; si tira las cosas, tiene que recogerlas, si llega tarde tiene que recuperar el tiempo perdido…). Usando el castigo, no existe ninguna relación de la conducta con la consecuencia, por ejemplo: pinta en la pared y el castigo es no ver la televisión. En esta situación el niño no aprende nada, cuando lo que debería aprender es que si algo se mancha la consecuencia es que hay que limpiarlo.

Por otro lado, las conductas positivas tendrán una consecuencia positiva, y esto es lo que debemos enfatizar. Si queremos que nuestros hijos/as tengan un comportamiento adecuado y adaptativo, debemos fomentarlo desde una crianza positiva, pero con límites y normas.

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